Vino a casa como regalo de cumpleaños de Ana Peke y fue parte de nuestra vida durante 12 años. Era la perra que todo niño al que le gustasen querría tener: era mimosa, le gustaba estar en medio de la gente juguetona, tranquila, quería estar en compañía de los niños,…
Cuando Alejandra era pequeña y jugaba con ella a darle de comer, le ponía el plato delante y le metía la cuchara en la boca, ella simplemente la abría o le lamía las manos.
Era de mucha compañía en casa, y siempre estaba donde estuviéramos nosotros, excepto en la sala, ya que un día se sentó en la butaca a ver la tele. Pero sobre todo era fiel. Viviendo en un sitio un poco solitario a veces daba un poco de miedo, pero con ella no entraba en casa nadie que ella no conociera o que viniera con nosotros. Siempre que Ana y Ale iban a dar un paseo la acompañaba, porque yo sabía que nadie se metería con ellas si iba Neca.
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